martes, 3 de noviembre de 2009

Relacion entre Estado y Naciòn





El estado, se refiere a la forma en la que se encuentra organizado el gobierno, que es a su vez el conjunto de personas que representan al pueblo que debe ser soberano lo que quiere decir que es independiente, el cual a su vez conforma la nación, que es el pueblo y su gobierno dentro de un territorio el cual es, la extensión de tierra, zona marítima y espacio aereo que le pertenece a esa nación



Si se ha de apelar al pragmatismo político más elemental (y por lo mismo, también, más engañoso), la forma más sencilla de definir el mundo contemporáneo es aludiendo a él como un mundo de naciones. Esta realidad, dadas las condiciones actuales del sistema político y económico mundial, de mero dato ha pasado a convertirse en un problema. La reivindicación de la pertenencia a una nación choca irremediablemente con el afán de hacer desaparecer las barreras entre los hombres, de homologar criterios culturales, políticos y económicos en pos del libre desarrollo de un sistema que, sin embargo, algún día promovió las naciones que hoy juzga. Si a ello agregamos que la gran mayoría de los Estados están lejos de ser cultural o étnicamente homogéneo, las cosas se presentan aun más complicadas.
Parte del extravío en la búsqueda de soluciones alternativas a las que promueve el sistema económico dominante y su discurso globalizador, se debe a la falta de comprensión de aquello que hoy está amenazado con su desaparición o, cuando menos, su recomposición de acuerdo a los obstinados lineamientos que dicho sistema ha elevado a rango de mandatos divinos. El Estado-Nación, en medio de este extenso laberinto, se tambalea sin siquiera haber corregido los avatares denunciados por sus más empecinados detractores.
El Estado-Nación puede ser estudiado desde múltiples perspectivas e igualmente numerosos criterios. Nosotros hemos decidido acercarnos a él a partir de la doble semilla filosófica que le dio lugar: la Ilustración y el Romanticismo.
Pese a todas las diferencias que estos sistemas de pensamiento en sí mismos encarnan, los principios que de ambas fuentes reclama para sí la nación confluyen en una singular concatenación. Como Apolo y Dionisos, en la divergencia es que la Ilustración y el Romanticismo encuentran las razones de su inexorable fusión, de la que la pervivencia de la nación es el más claro ejemplo.

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